
Y soy uno más de esos que de chico soñaba con ser astronauta, y no logró.
Por suerte, creo que esto de ser un creativo nacido en un lugar que está a 2850 metros sobre el nivel del mar, se le parece un poco. Al menos cuando no se me “ocurre” nada y entro en desesperación como si me faltara el oxígeno, hasta que sale esa idea que me devuelve la calma, aunque solo sea hasta la siguiente hoja en blanco.
Aquí abajo hay un poco de esas ideas, desde las que tuvieron suerte y despegaron (otras que no tanto) hasta alguna que otra del día a día, que nunca está demás.
Buen viaje.
¿Caña? ¿Café?